¡Como quisiera!

 


¡Como quisiera!


Que no se fijaran en mi sonrisa franca, 


Que no se prendaran de mis ojos brillantes, 


Que no se admiraran de mi piel de satín.


Que no saludaran, saludando a la profesional de éxito…


Que no me cedieran el lugar esperando algún favor a cambio…




¡Ay! Como quisiera…


Que no me dieran la mano con tanto respeto,


Que no se callaran por miedo.


Que no se sonrieran por adulación.




¡Ay! Como quisiera…


Tan solo, que lo hicieran: porque estoy llorando.



 

                                SAYA MAABAR

OCASO


 

Existe una sombra entre la verdad y la mentira.

Existe una zona gris que hace desandar los pasos y nos lleva a la confusión y al fracaso.

No lo vemos, pero, lo sentimos.

En esa zona se nublan los sentidos y se opacan los sentimientos, ya no podemos ver ni sentir.

Quedamos huérfanos de palabras y de guía. Como si fuera un lugar inexistente vagamos sin rumbo nuevamente.

Buscamos un porque a la agonía y volvemos a vagar sin destino. De esa zona obnubilada rasgamos nuestros deseos y emociones. Solo la luz de una estrella puede indicarnos el camino.

Pero absortos en nuestros pensamientos no miramos el cielo, ni sentimos el viento.

Solo con el tiempo la bruma se disipa y da luz al sendero nuevamente. Ahí vemos a quien segó nuestros momentos, no es la muerte: ¡es la agonia!

                                     Saya Maabar

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